Las enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas tienen un impacto significativo en las personas que conviven con ellas. La artritis reumática, la artritis psoriásica, la artritis idiopática juvenil y la espondoloartritis, son enfermedades que se manifiestan de una forma incapacitante, pues supone un amplio número de síntomas como el dolor crónico, la fatiga extrema, la inflamación articular, la disfunción sexual, la movilidad reducida, entre otros.

Los ojos forman parte de toda enfermedad sistémica y, por tanto, las afectaciones oculares son una manifestación más de la enfermedad reumática autoinmune o un efecto secundario de su tratamiento.

Podemos clasificarlas en dos grandes grupos: el síndrome de ojo seco, que es lo más frecuente, y las enfermedades que se caracterizan por una inflamación de la estructura ocular.

Hemos hablado con Verónica, Eduardo y Mabel, quienes nos han contado sus diferentes experiencias con estas afectaciones.

A Verónica le diagnosticaron artritis psoriásica (APs) hace ya 8 años “el camino ha sido largo y tortuoso”. Había tenido problemas en la visión. Explica que le habían diagnosticado un glaucoma, que al final terminó no siendo tal y enfatiza que, después de empezar con la medicación para la APs siente que los ojos se le secan mucho y le duelen. “Un día me encontraba muy mal y fui de urgencias al oftalmólogo. Descartaron la uveítis y me dijeron que tenía ojo seco”. Ojos rojos, sensación de arenilla que molesta y dolor, son los síntomas que resalta. Ha tenido que incluir como parte de sus hábitos y su rutina, las lágrimas artificiales que, sin duda, le ayudan a aliviar los síntomas. “Voy al oftalmólogo rigurosamente una vez al año, si antes no presento molestias que se salgan de lo habitual. El miedo a perder la vista, siempre está, pero, con esta enfermedad, he aprendido que prefiero vivir en el presente, porque mañana no sé cómo voy encontrarme”.

Eduardo ha estado mucho tiempo diagnosticado de gota, tenía muchos dolores en sus articulaciones, sobre todo en las rodillas, y en mayo-junio de 2023 le dieron un nuevo diagnóstico, APs. En cuanto a los ojos, nos comenta que es conductor y que lo está pasando fatal. Las principales afectaciones que describe son mucho picor y ojos muy secos, para lo que utiliza lágrimas artificiales.

Por otro lado, Mabel hace años que empezó con molestias en los ojos “siempre los tenia rojos y con ardor” comenta. Al principio se creía que era conjuntivitis, pues aún no estaba diagnosticada de un problema artrítico. “Fue el dermatólogo el que se dio cuenta que tenía antecedentes de psoriasis y me envió al reumatólogo. Después de hacerme muchas pruebas encontró que tenía cuatro vértebras afectadas con espondilitis. Sin embargo, como los síntomas de los ojos se me habían pasado un poco, me fui a casa sin nada para tratarlos”. El diagnóstico de artritis psoriásica de Mabel llegó casi 13 años después, un camino complejo, acompañado de mucho dolor articular, de afectación en la espalda y de un hombro. Durante este tiempo tuvo varias uveítis y queratitis y, además, un herpes zóster en los ojos, que terminaron en una operación ocular. “En ese entonces no se sabía aún que la enfermedad reumática estaba relacionada con la afectación en los ojos. Eso llevó a que tuviera que operarme, porque perdí mucha visión. Hoy en día se trata de forma diferente y estas afectaciones se diagnostican con mayor rapidez y eficacia” asegura Mabel.

Los tres coinciden en que la luz y el sol les molestan mucho. Por lo que un buen par de gafas con filtro solar aprobado son indispensables en toda época del año. La limpieza correcta y el uso de lágrimas artificiales, son otros aliados que no pueden faltar. Y por supuesto, ¡Ojo! No quedarse quietos a la menor afectación ocular, siempre se debe consultar con el especialista.