¿Por qué digo que estoy bien si tengo dolor, fatiga, cansancio y la enfermedad me limita?
“Estoy bien”. Es una frase que muchas personas con artritis reumatoide, artritis psoriásica, artritis idiopática juvenil o espondiloartritis repiten casi a diario. Pero detrás de esas dos palabras se esconde una realidad mucho más compleja, marcada por el dolor, la fatiga crónica, el cansancio emocional y las limitaciones físicas. Entonces, ¿por qué lo decimos?
Porque es más fácil que explicar lo invisible
Las enfermedades reumáticas inflamatorias no siempre se ven. No hay yesos, ni muletas, ni heridas visibles. El dolor articular, la rigidez matutina, la inflamación o el agotamiento extremo no se notan a simple vista. Explicar todo eso cada vez que alguien pregunta “¿cómo estás?” puede ser agotador. Decir “estoy bien” se convierte en una forma de protegernos del juicio, del desconocimiento o incluso de la incomodidad ajena.
Porque no queremos preocupar a los demás
Muchas personas con estas enfermedades crónicas desarrollan una gran empatía hacia su entorno. No quieren ser una carga, ni preocupar constantemente a sus seres queridos. A veces, decir que estamos bien es una forma de cuidar a los demás, aunque eso signifique no cuidar del todo nuestras propias emociones.
Porque normalizamos el dolor
Con el tiempo, el dolor y la fatiga se vuelven parte del día a día. Lo que para otros sería motivo de alarma, para quienes viven con artritis puede ser “un día más”. Esta adaptación, aunque necesaria para seguir adelante, también puede llevarnos a minimizar lo que sentimos. Decimos que estamos bien porque, comparado con otros días peores, hoy “no está tan mal”.
Porque necesitamos sentir que tenemos el control
Aceptar que la enfermedad nos limita no es fácil. Decir “estoy bien” puede ser una forma de reafirmar que seguimos siendo nosotros mismos, que no somos solo un diagnóstico. Es una manera de resistir, de mantener la dignidad y la autonomía frente a una condición que muchas veces nos arrebata el control sobre nuestro cuerpo.
Porque no siempre tenemos las palabras
¿Cómo se explica el cansancio que no se va con dormir? ¿Cómo se describe un dolor que cambia de lugar, de intensidad, de forma? A veces, simplemente no tenemos las palabras para expresar lo que sentimos. Y otras veces, no queremos revivirlo al contarlo. Entonces, optamos por lo simple: “estoy bien”.
Lo que hay detrás de “estoy bien”
Decir “estoy bien” no significa que no necesitemos apoyo. A veces, es una invitación silenciosa a que alguien mire más allá, a que escuche con el corazón. Por eso, es importante que familiares, amigos y profesionales de la salud aprendan a leer entre líneas, a preguntar con empatía y a ofrecer un espacio seguro donde podamos ser sinceros sin miedo al juicio.
Para quienes vivimos con artritis, reconocer nuestras emociones, validar nuestro dolor y permitirnos no estar bien también es parte del proceso de sanación. No siempre tenemos que ser fuertes. No siempre tenemos que sonreír. Y está bien decir que no estamos bien.
¿Y tú, también dices “estoy bien” cuando no lo estás?
Cada historia cuenta. Cada experiencia ayuda a visibilizar lo que muchas veces se vive en silencio. Si tú también convives con artritis reumatoide, psoriásica, idiopática juvenil o espondiloartritis, te invitamos a compartir tu historia.
📝 ¿Qué significa para ti decir “estoy bien”? 💬 ¿Qué te gustaría que los demás entendieran mejor?
Tu voz puede ser el apoyo que otra persona necesita. 💙
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