La historia de José Manresa Viñuales nos llena de motivación, un testimonio lleno de fuerza y resiliencia de una persona a la que su artritis reumatoide no ha frenado en el objetivo de cumplir sus sueños.
José Manresa Viñuales nació en Alagón (Zaragoza) hace 61 años, en su vida laboral ha trabajado como electricista y frigorista, siempre compaginando su trabajo con su pasión, la escalada y la montaña.
A los 45 años recibió un duro golpe, un diagnóstico de artritis reumatoide que le produjo una severa incapacidad, tanto en lo laboral como en lo personal, ya que tenía la movilidad muy limitada y le costaba hasta vestirse y desempeñar las tareas más sencilla de su día a día.
Tras muchos meses de sufrimiento y poner a prueba diferentes tratamientos, sus médicos dieron con la clave que le haría empezar a renacer, un nuevo tratamiento que, por fin, le pudo devolver parte de la movilidad y la posibilidad de volver a trabajar. Pese a todas las barreras que su enfermedad le ponía a diario, José se puso un reto personal: volver a recuperar también su pasión por la escalada y, siendo aún más ambicioso y con la mentalidad de que nada le frenara, se propuso hacer el reto de las 7 cimas, consistente en escalar la montaña más alta de cada continente, teniendo en cuenta América del norte y del sur.
Actualmente ya ha conseguido escalar cinco de ellas, siendo la última la Pirámide de Carstensz, en Nueva Guinea, conocida como la montaña insular más alta del mundo y el pico más alto de Oceanía, con sus 4.884 metros de altura sobre el nivel del mar. Hablamos con él para que nos cuente más sobre esta aventura:
¿Qué ha supuesto personalmente para ti subir esta nueva cima, la quinta de las siete que tenías en mente?
Seguir demostrándome a mi mismo que mi enfermedad no me limita ya que esta cima es la más técnica de las siete ya que hay que superar una pared de más de 600 metros de roca vertical continuamente barrida por la lluvia.
¿A qué adversidades te has tenido que enfrentar en esta aventura, incluida tu artritis reumatoide?
La artritis la he llevado muy bien, el resto fue una odisea, desde conseguir el permiso de escalada, poder volar hasta el campo base y una vez conseguida la cima, esperar varios días sin parar de llover metido en una tienda que se inundaba todos los días hasta que por fin pudimos salir de allí en helicóptero (el helicóptero es el único medio para llegar y salir del campo base debido a los conflictos tribales)
¿Puede más la mente que el dolor y la rigidez de tu artritis a la hora de proponerte conseguir un reto como este?
Afortunadamente ahora sufro muy pocas crisis y menos dolores, pero desde luego la fuerza mental es determinante para recuperar el terreno perdido por la enfermedad.
¿Tienes algún truco para controlar mejor el dolor de tu artritis que pongas en práctica también en tus escaladas?
Cuando sufro una crisis aumento la dosis de corticoides durante unos días hasta que remite (así conseguí por ejemplo, escalar el Monte Cervino, afectado por quizás la peor crisis que he tenido desde que comencé a estar mejor).
¿Qué objetivos te quedan por alcanzar y sueños por cumplir?
Los de cualquier montañero ambicioso. Ahora la enfermedad ya no es una excusa para mi, tanto a la hora de trabajar como a la hora de subir montañas.
¿Qué mensaje quieres transmitir a otras personas que viven con tu misma enfermedad reumática y que piensen que no pueden seguir cumpliendo sus sueños?
Que no decaigan, que es un camino largo y duro pero que con ayuda médica y mucho sacrificio se puede volver a hacer una vida normal.
A mí me dijeron numerosas veces que después de dos años sumido en una crisis muy aguda era imposible que volviera a hacer una vida normal, pero siempre luché para encontrarme lo mejor posible y no tener que depender de los demás.


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