Por Andrea Cano Martínez, terapeuta ocupacional de la Clínica Universitaria La Salle.

El dolor, la fatiga, la rigidez, la inflamación, así como la debilidad muscular y las deformidades progresivas en la AR, genera un gran impacto en las personas que lo padecen, no solo generando limitaciones en el plano físico, sino también generando repercusión en la esfera emocional y social, condicionando la autonomía en las actividades cotidianas y por consiguiente a calidad de vida.

En estos casos, la terapia ocupacional desempeña un papel fundamental al centrarse en mantener y/o mejorar la funcionalidad y el desempeño del paciente en su vida diaria.

Los síntomas en la Artritis fluctúan a lo largo del tiempo, pudiendo llegar a limitar la participación de la persona en sus actividades básicas diarias, en el trabajo, en las tareas domésticas, en las actividades sociales, etc. Los terapeutas ocupacionales, por lo tanto, proporcionan estrategias para que los pacientes las adopten con el objetivo de controlar la sintomatología presente, mejorando su rendimiento en las actividades cotidianas, teniendo en cuenta las elecciones en ocupaciones significativas de las personas.

Con base a la evidencia científica, dos de estas estrategias son, dentro de un tratamiento conservador, la protección articular y la conservación de la energía, así como equipamiento de ortesis y programa de ejercicios.

Por un lado, la protección articular se basa en estrategias de afrontamiento activas, así como basadas en conservar la integridad de las estructuras articulares y disminuir el riesgo de deformidades, usando para ello la aplicación de principios ergonómicos que permiten adaptar la realización de las actividades cotidianas.

Los principios de estas pautas serían:

  • Respetar el dolor.
  • Distribución de la carga entre varias articulaciones.
  • Uso de articulaciones más grandes y fuertes.
  • Uso de las articulaciones en sus posiciones más estables y funcionales.
  • Evitar las posiciones favorecedoras de deformidad.
  • Uso de dispositivos de ayuda/productos de apoyo.
  • Evitar una misma posición durante mucho tiempo seguido.

Por otro lado, la conservación de la energía se basa en estrategias específicas y de apoyo para controlar la fatiga a través de la planificación, simplificación a la hora de realizar las actividades cotidianas, así gestionar el gasto-esfuerzo que supone el desempeño de las actividades diarias.

Los principios de la conservación de la energía serían:

  • Incorporar períodos de descanso dentro de la actividad.
  • Evitar realizar las actividades deprisa.
  • Evitar planificar actividades que supongan mucho gasto energético.
  • Postura corporal adecuada, cambiando de postura con frecuencia para evitar cargar de manera estática las articulaciones, así como evitar agacharse-levantarse repetidas veces y procurar hacer actividades sentado/a si es posible y reordenar en su entorno.

También es importante incluir el uso del ferulaje ya que ayuda a reducir el dolor al disminuir el movimiento excesivo y la tensión mecánica sobre estructuras inflamadas, así como corregir o prevenir deformidades comunes y mejorar la funcionalidad de la mano.

Finalmente, hay que considerar realizar un programa de ejercicios personalizado, controlado y adaptado con el objetivo de mantener o mejorar el rango de movimiento articular y fortalecer la musculatura contribuyendo a la estabilidad y protección de las articulaciones.

Bibliografía.

  • AMAPAR, presenta la «Guía de Terapia Ocupacional para personas con Artritis Reumatoide. 50 Actividades de la vida diaria». (2008). Obtenido de AMAPAR: http://www.amapar.org/guia2008.html
  • Bergstra, S. A., Murgia, A., Te Velde, A. F., & Caljouw, S. R. (2014). A systematic review into the effectiveness of hand exercise therapy in the treatment of rheumatoid arthritis. PubMed, 1539-48.
  • Chaves de Souza Araujo, J., Bittencourt Fernandes da Silva, Á. M., Almeida de Figueiredo, N. M., & de Oliveira Novaes, C. (2020). Impact of pain fatigue on occupational performance of clients with rheumatoid arthritis inserted in a SUS health care device in Rio de Janeiro. Research, Society and Development.
  • Egan, M., Brosseau, L., Farmer, M., Ouimet, M. A., Rees, S., Wells, G., & Tugwell, P. (2001). Splints/orthoses in the treatment of rheumatoid arthritis. Cochrane Database Syst. Rev.
  • Kolasinski, S. L., Neogi, T., Hochberg, M. C., Oatis, C., Guyatt, G., Block, J., . . . Gellar, K. (2019). 2019 American College of Rheumatology/Arthritis Foundation Guideline for the Management of Osteoarthritis of the Hand, Hip, and Knee. Arthritis y Rheumathology and Official Journal of the American Collage of Rheumatology.
  • MORENO RODRIGUEZ, R., GARCIA DE VICUNA, R., & GOICOECHEA GARCIA, C. y. (2015). Efectos de la intervención desde terapia ocupacional sobre la percepción del dolor crónico y la calidad de vida en pacientes con artritis reumatoide. Revista de la Sociedad Española del Dolor, 95-101.
  • Pagnotta, A., Korner-Bitensky, N., Mazer, B., Baron, M., & Wood-Dauphinee, S. (2005). Static Wrist Splint Use in the Performance of Daily Activities by Individuals with Rheumatoid Arthritis. Pubmed, 2136-43.
  • Reumatología, S. E. (2015). La Terapia Ocupacional en Reumatologia. Obtenido de Sicudad Española de Reumatología: https://www.ser.es/wp-content/uploads/2015/09/Terapia-ocupacional.pdf
  • Siegel, P., Tencza, M., Apodaca, B., & Poole, J. L. (2017). Effectiveness of Occupational Therapy Interventions for Adults With Rheumatoid Arthritis: A Systematic Review. PubMed.
  • Stoffer-Marx, M. A., Klinger, M., Luschin, S., Meriaux-Kratochvila, S., Zettel-Tomenendal, M., Nell-Duxneuner, V., . . . Redlich, K. (2018). Functional consultation and exercises improve grip strength in osteoarthritis of the hand – a randomised controlled trial. Arthritis Research & Therapy.
  • Tavares Quieroz de Almeida, P. E., Barcelos Pontes, T., Chieregato Matheus, J. P., Feitosa Muniz, L., & Henrique Da Mota, L. M. (2015). Occupational therapy in rheumatoid arthritis: what rheumatologists need to know? Revista Brasileria de Reumatología, 272-280.